CONFINAMIENTO – 3- Ahora que empiezo a sentir el peso de los años, hago mías las palabras de Vergílio Ferreira* : ¿Cuánta gente te ha amado? ¿A cuánta has amado? El afecto es la mejor forma de saber el tamaño de tu vida. Es decir, de saber hasta dónde has existido. ¿Hay otro cálculo para saber si ha valido la pena? *** El amor ha sido una constante en mi vida. También el dolor. Pero hoy solo quiero escribir de los afectos de mis amigos de la infancia, del amor de la familia y del cariño de los enfermos. Sentimientos que he albergado dentro de mí, pero, sobre todo, que he recibido de manera generosa de los demás. Al evocarlos, siento una alegría serena, la sensación de una vida plena. Recuerdo, siendo niño, algunos días que, al atravesar el límite umbrío del portal del edificio donde vivía, sentía una brusca caricia en mi rostro -una cálida sensación de viento sur que, posiblemente, no era tal-, acompañado de una luz cegadora y de una ausencia de sonidos que me permitía...