De paseo por el monte Amanece un día espléndido. Decenas de aviones revolotean alrededor de la casa. Los primeros rayos del sol templan el cuerpo de estas aves y les inyecta la energía precisa para buscarse el sustento. Observo maravillado sus rápidos movimientos a través del ventanal. Abro el portón de la casa y una brisa fresca me acaricia el rostro cuando salgo al porche. Junto a la valla que rodea la era contemplo a otros pájaros más perezosos que se entretienen antes de iniciar el vuelo. Al notar mi presencia, emprenden la huida. Un abejorro tempranero visita las flores del espliego que tenemos plantado en un pequeño huerto. Pronto se llenará de abejas, mariposas y otros insectos ansiosos de libar el néctar de sus flores. Ayer mismo, en la sobremesa, mientras conversábamos para evitar el sesteo tras haber dado cuenta de una suculenta comida, un familiar me ayudó a identificar a un insecto habitual de nuestro jardín: la esfinge colibrí. Es una especie que dispone de una tr...